WHATSAPPS, VIDEOJUEGOS Y CABEZAS MUTANTES
A ti también te puede ocurrir.
Esta es mi familia.
Leo es mi hermano pequeño. Tiene 2 años.
Sólo sabe decir tres palabras: mamá, papá y cagugo, que rima con besugo, y me hace gracia.
Mis padres no entienden a Leo cuando dice cagugo.
Bueno, en general, los padres no entienden a los hijos a menudo.
Sobre todo cuando nos ven hablando por WhatsApp o haciéndonos selfies sin parar.
Se ponen muy nerviosos. Es normal. Los padres usan Internet sólo para temas serios.
Mi padre y mi madre son los que ves sentados en el sofá, a nuestro lado.
Ellos se enamoraron hace mucho, mucho tiempo, cuando no existían las tabletas digitales y los teléfonos móviles no tenían Internet.
Un día, se miraron a los ojos y se sonrieron.
Y así fue como decidieron formar una familia.
Sin chatear ni nada.
Con la típica mirada superprofunda, tipo rayo láser, disparándose amor con los ojos casi cerrados.
Muy raro todo, la verdad.
Pero es que los padres son de otro momento de la historia de la humanidad.
Yo me llamo Sara, tengo 11 años y de mayor quiero ser conductora de autocar. En mi videojuego favorito soy la más rápida subiendo a mi autocar personas mayores y llevándolas de excursión por todo el mundo.
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¿Alguna vez has pensado que tus hijos pasan demasiado tiempo delante de una pantalla?
Para una buena educación en el uso de las tecnologías conectadas, tan importantes son las normas y los límites como el acompañamiento y la supervisión de las actividades digitales de los niños por parte de los adultos. Un acompañamiento que, además, es deseado por los menores que buscan la complicidad de sus padres en el uso de los dispositivos digitales. Esto supone una oportunidad para fortalecer la relación y la comunicación entre padres e hijos.
Es por ello que, desde Dialogando presentamos el cuento «Whatsapps, videojuegos y cabezas mutantes. A ti también te puede ocurrir« dirigido a jóvenes lectores de 4 a 8 años. En esta divertida historia, Sara y Leo son dos hermanos que dedican demasiado tiempo a los dispositivos digitales, hasta que un día por la mañana se levantan y descubren que sus cabezas se han convertido en una tableta táctil y en un ordenador portátil. Junto a su adolescente canguro, los dos niños van a tener que recordar las normas y límites que un día les pusieron sus padres para hacer que sus cabezas vuelvan a tener un aspecto humano.
Magia y realidad a partes iguales para compartir con los más peques de la casa la mejor manera de disfrutar del mundo digital.
¡No te pierdas la historia completa aquí!
SINOPSIS
Sara, de 11 años, y su hermano Leo, de 2 años, pasan mucho, mucho tiempo jugando con la tableta y el ordenador. Un día descubren que sus cabezas han mutado…¡plaf!… y se han convertido en dos pantallas enormes. ¡Menudo imprevisto! ¿Qué van a hacer ahora? ¿Conseguirán recuperar sus cabezas antes de que sus padres regresen de trabajar y los descubran? Una historia increíble y sorprendente sobre el impacto de las nuevas tecnologías en la infancia y la adolescencia, y la importancia de la educación para un uso responsable.
AUTORA
Sandra Gómez Rey
Guionista, docente y escritora. Especializada en contenidos infantiles y juveniles. Ha publicado los cuentos El pisito del sol y la luna (La Galera), Lila y el misterio del mal viento (Club super3), y escribe cuentos para el portal web de salud FAROS, del hospital San Joan de Déu. También escribe guiones. Ha trabajado en el Club Super 3, Una mano de cuentos, Top Ten Tomàtic, 3XL.net, Entrampado, Play y Transfer. Ha fundado Cuentos de Mantequilla de Leche de Vaca Suiza, un proyecto docente y pedagógico para el desarrollo de la creatividad y la educación emocional, así como el fomento de la lectura y la expresión artística de los niños a través de la escritura creativa. Diseña e imparte cursos y talleres infantiles para el Ayuntamiento de Sant Cugat, la Fundación Antoni Tàpies, la Fundación Pere Tarrés, el Consorcio de Bibliotecas de Barcelona, la escuela de escritura Laboratorio de Letras y en librerías de Barcelona; también, cursos para maestros en la Asociación de Maestros Rosa Sensat.
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