Todos (o casi todos) estamos en casa. Juntos. Muchas horas. Con mucho tiempo. En este escenario, la tecnología ha multiplicado su presencia en la vida familiar, por necesidad personal, profesional, escolar y social.
Es probable que estemos recurriendo más que nunca a las pantallas. Y sin ser esto negativo en sí mismo, lo cierto es que si nos dejamos llevar estaremos perdiendo una oportunidad única para modular la relación de nuestra familia con la tecnología.
Ahora que estamos juntos en casa es el momento de generar una conciencia familiar de vida digital. Cada uno con su nivel de independencia y carácter, pero contribuyendo a la convivencia positiva de todos.
No se trata de dedicarse a ello hasta el agotamiento; ya tenemos mucho que afrontar y superar. Y no se trata tampoco de ponerse a estudiar cosas nuevas, ni de centrarse en la difícil conciliación entre tele-trabajo y clases virtuales. No se trata de instalar controles parentales ni de crear horarios que generen conflicto, ni de convertir las pantallas en el centro de las regañinas.
Se trata de asumir cada uno un papel para sumar, todos juntos, hacia un aprendizaje colectivo e individual sobre nuestra responsabilidad como usuarios de tecnología.
Pensemos en la familia casi como en una empresa.
Un grupo de personas que si actúa como burbujas aisladas funciona peor. Un equipo que, si comparte objetivos y valores, alcanza mejores resultados. Un colectivo en el que, si solo hay jerarquías, si no hay diálogo, si no hay comunicación interna, el funcionamiento diario resulta posible a corto plazo, pero no eficaz a largo plazo.
Si te interesa, si quieres aprovechar este #quédateencasa para crecer como familia también en la vertiente digital, aquí tienes tres breves artículos para encontrar ideas sobre las que construir tu estrategia familiar para a partir de la información y la empatía en lugar de sobre el conflicto y la preocupación.
1.- Padres y madres que utilizan tecnología: CEOs y Directores Generales.
2.- Adolescentes que utilizan tecnología: profesionales con ideas y carácter.
3.- Niños que utilizan tecnología: becarios llenos de curiosidad y ganas de aprender.
Si tratamos de aprovechar esta situación para trabajar, como familia y como equipo, algunos aspectos relevantes sobre nuestro uso de la tecnología, estaremos más cerca de crear impacto positivo a largo plazo.
Autor: María Zabala, periodista experta en ciudadanía digital y familia. Creadora del blog iWomanish y colaboradora de Dialogando.