Como comenzamos comentando en la primera entrega de esta serie de posts sobre identidad digital (enlazar post anterior Educando la Identidad Digital), cuando hablamos de identidad en el mundo online nos estamos refiriendo al conjunto de rasgos diferenciadores que define a marcas personales, marcas comerciales o de comunidades y le caracterizan en Internet: es la traslación de la identidad física al mundo online.
La identidad digital se desarrolla a través de la suma de todo lo que dicha marca dice o hace en la Red, lo que los demás dicen sobre ella y, algo que a veces se olvida, lo que los otros ven.
Este último punto cobra especial relevancia en Internet: ¿la marca comunica en los espacios sociales donde es vista por sus públicos? ¿concuerda lo que se ve con sus objetivos? ¿tiene sentido lo que se muestra con la definición de la marca? ¿todos los públicos ven lo mismo de la marca?
Elementos de la identidad digital
Todo comunica. Comunica el contenido compartido y la configuración de las cuentas desde las que se comparte:
– Contenido: qué se dice, cómo se comparte (tono, estilo, lenguaje, etc.), junto a qué imágenes o vídeos, con qué enlaces, qué hashtags se mencionan, los emoticonos que se utilizan, los permisos de publicación del contenido ajeno que se comparte y del contenido propio que se publica, en respuesta a qué o a quién, quién lo lee y cómo lo lee, quién y qué responde… Y el silencio: lo que no se dice también comunica.
– Configuración de las cuentas: La descripción de una cuenta tanto en texto, imagen o enlace para ampliar información, los contactos que se mantienen, aquellos grupos y/o listas creados o a los que se pertenece, el tiempo de publicación (bien sean fechas, horas, periodicidad o tiempo de reacción), los favoritos o el contenido guardado, el nivel de privacidad que se mantiene, la activación de la geolocalización o no, las herramientas, aplicaciones y dispositivos desde los que se comparte, etc.
Debemos conocer qué aparece sobre nosotros o nuestra marca para desarrollar nuestra identidad digital en el camino de nuestros objetivos. Asimismo, es importante tener en cuenta que todo lo que se dice en Internet, se queda en Internet: la mejor herramienta de privacidad eres tú mismo, lo que cuentes o no. Del mismo modo es necesario ser conscientes de que todo contenido compartido es un sentimiento, tanto para el que lo escribe como para el que lo lee y la situación en la que se produce. Incluso se debe tener en cuenta que tanto personas como empresas o comunidades tenemos una responsabilidad con la educación de los menores: todo lo que publicamos puede ser visto por ellos.
Autor: Diana González, especialista en educación y TIC de la Escuela de Tecnología del Planetario de Pamplona y colaboradora de Dialogando.
