El uso excesivo de Internet es un asunto que genera muchos debates. Al final, ¿cómo podemos cuantificar lo que representa un uso prolongado? Para la psicóloga Juliana Cunha, de la organización SaferNet, es necesario verificar si hay ausencia de control y si el carácter de la navegación es repetitivo. “Es importante evaluar no solo la cantidad de uso, sino también la calidad”, dice ella. “No hay una regla que diga que determinada cantidad de tiempo signifique un uso excesivo”.
Ella recuerda que muchas situaciones de trabajo o estudio piden el uso de Internet, y que los propios cambios tecnológicos hacen que estemos casi siempre conectados. De esa manera, el problema no está en la tecnología, sino en el uso que se hace de ella. “Una reflexión que podemos tener es: ¿qué es un uso exagerado si las tecnologías son cada vez más móviles?”, cuestiona Juliana. “Hoy en día existen numerosos gadgets que son usados como un nuevo modo de relacionarse, de jugar, de divertirse”.
Una de las preocupaciones de los padres hoy en día es el perjuicio que podría suponer para la salud de los más jóvenes el uso en exceso de estos nuevos dispositivos y si el uso exagerado de Internet puede ser considerado una enfermedad. Juliana dice que, a pesar de que algunas ramas de la psicología y de la psiquiatría enfrentan ese uso como una patología, no siempre es así. “El uso excesivo puede ser una consecuencia, y no una causa”, dice ella. “No es necesariamente una patología en sí y suele ser reflejo de que algo no va bien. Es decir, el problema puede estar en otro lugar que no es el uso de Internet”.
De esa manera, más que contar el tiempo en que los hijos pasan conectados, es necesario prestar atención sobre el uso que se está haciendo y en lo que está impactando. El uso excesivo empieza a aparecer cuando el niño o el adolescente no consiguen salir de Internet y esto afecta al desarrollo de actividades que incluyan hábitos diarios, como bañarse y alimentarse, por ejemplo.
Aquí os ofrecemos algunas indicaciones para motivar el uso saludable de Internet y las herramientas digitales:
- Prohibir el uso de la tecnología no educa, ni previene el hecho de caer en algún problema. Diálogo y negociación son palabras clave para establecer reglas y límites.
- Haz un acuerdo estipulando horarios para que el uso no impacte con otras actividades y negocia con ellos.
- Recuerda que cuanto menor sea el niño, menor debe ser el tiempo de uso y más acompañado debe estar. Un desarrollo saludable es aquel que aglutina oportunidades de aprendizaje y ocio en diferentes entornos.
- Incentiva la búsqueda de soluciones creativas por parte de los propios menores envolviéndolos en el problema.
- En el caso de los adolescentes, pregúntales cómo puedes ayudar ya que podría ser el primer paso para que haya cambios de actitud y comportamiento. Crea la posibilidad de que ellos participen en las elecciones y también en las soluciones.