El ordenador es una de tus principales herramienta de trabajo y por esta razón debes cuidar de él. Cuando te dirijas a reuniones o te desplaces dentro de la propia sede, debes colocarlo en las funciones suspender o hibernar para evitar daños en el disco, alargar su vida, aumentar tu productividad y asegurar que la información no se pierda.
A continuación describiremos para qué sirven estas dos funciones:
La suspensión es un estado de ahorro de energía que permite al equipo reanudar rápidamente el funcionamiento a pleno rendimiento (normalmente en unos segundos) cuando se desee seguir trabajando. Poner el equipo en este estado es como poner en pausa un reproductor de DVD: el equipo interrumpe inmediatamente la tarea que está realizando y está preparado para reiniciar el trabajo cuando lo decidas.
Por otro lado, la hibernación es un estado de ahorro de energía diseñado para equipos portátiles. Además, guarda los documentos y programas abiertos en el disco duro y después apaga el equipo. De todos los estados de ahorro de energía de Windows, este es el que menos energía consume. Debe usar la hibernación cuando sabes que no lo usarás durante un largo período y que no podrás recargar la batería durante dicho lapso.