Más que fotos y textos largos, Internet es el escenario de publicaciones que pueden ayudar no solo a ahorrar, sino también a crear un mundo mejor.
Una reciente encuesta, realizada por el Instituto SPC (Servicio de Protección al Crédito) de Brasil, ha revelado que 3 de cada 10 consumidores son responsables. Al comprar, evalúan toda la cadena productiva: los aspectos sociales y ambientales, cómo se produce el producto, qué impactos genera y el coste-beneficio. Es decir, cada vez más compradores buscan productos que tengan el mejor impacto, ya sea social, ambiental o económico. E Internet puede ayudarnos cada vez más, con mayor acceso a la información y a aplicaciones, a conectar buenas ideas y personas.
Una golondrina (no) hace verano
Según SPC, sólo el 11% de los encuestados afirmaron que creen que sus actitudes individuales, como reciclar y consumir con cuidado y conciencia, no son determinantes para la sociedad.
A diferencia de hace algunas décadas, actualmente cada vez más personas empiezan a darse cuenta de que su comportamiento individual se refleja en el conjunto de la sociedad y sirve como un ejemplo para los demás individuos. Es decir, ¡nuestras acciones responsables ayudan a nuestros amigos, familiares, compañeros y vecinos a aprender y también a tomar conciencia!
Aunque muchos piensan que consumir de forma consciente es no consumir o consumir menos, eso no es cierto. El consumidor consciente conoce la importancia de sus elecciones de compra y siempre intenta elegir mejor y con responsabilidad. Es como optar por la compra de algo que se ha producido a partir del respeto a los trabajadores y al medioambiente, con sostenibilidad, y que es más duradero ― es decir, fabricado con materia prima de calidad―.
Recomendación: uso compartido e Internet
Internet puede ayudar mucho a promover nuevas actitudes conscientes. ¿Alguna vez has sufrido para comprar algo que sabías que usarías muy poco? ¿Has pensado en compartir productos? Por ejemplo: ¿sabías que un taladro se usa solo unas 60 veces en toda vida? Es decir, en tu calle, edificio o comunidad, en lugar de que cada uno tenga su taladro, tú y otras personas podríais compartir el mismo. ¿Qué tal crear un grupo con la familia, vecinos y amigos para compartir lo que tienes y usas poco, pero que muchos también usan?
¡Eso se llama consumo compartido! ¡Y ayuda no solo a tu bolsillo, sino a todo el planeta!
A continuación, os presentamos una lista de grupos y servicios que utilizan o incentivan el uso compartido a través del medio consumocolaborativo.com