Hacer frente a los nuevos hábitos de una generación hiperconectada es el gran desafío para los adultos, que muchas veces desconocen el mundo online y no saben cómo orientar la vida digital de sus hijos.
Hay una edad mínima para conducir, para consumir bebidas alcohólicas y para ir a discotecas, pero ¿y para navegar solo por Internet? ¿No exige esa actividad un cierto grado de madurez? Según el fiscal de Justicia para la Infancia y la Juventud de Brasil, Carlos José Silva Forte, es bueno que el niño use Internet desde pequeño. «Los padres y tutores tienen el deber de supervisar, enseñar y garantizar que los jóvenes sepan usar la Red de forma segura».
Y para orientar a los niños y adolescentes, los padres y educadores no necesitan ser especialistas en el uso de la tecnología, pero es necesario por lo menos ejercer esa supervisión, hablar con ellos sobre lo que hacen y tener interés por aprender, por ejemplo, acerca de la existencia de los servicios y aplicaciones que se utilizan para conocer gente y ligar. Así, puedes estar atento y orientar a tus hijos para que tomen ciertas precauciones, pues no siempre quien está al otro lado de la pantalla es realmente quien dice ser.
Si a los adolescentes les cuesta hablar de su vida amorosa con sus padres, intenta ponerte en disposición de escucharlos sin juzgarlos y, solo después de resolver sus dudas, sus curiosidades y sus incertidumbres, dialoga con ellos y dales tus opiniones para orientarlos y darles referencias en esta fase tan particular de su desarrollo. Si empiezas la charla censurándolos o adoptando una postura de superioridad, la conversación difícilmente fluirá. Otro familiar de confianza (un tío, un primo o un hermano mayor) puede ser una alternativa para suscitar el diálogo en algunos casos.
Hay personas malintencionadas que pueden aprovecharse de los encuentros online y offline. Por eso, es fundamental orientar a tus hijos sobre cómo proteger su privacidad, en la Red y fuera de ella. Lo más importante es estimularlos para que aprovechen las ventajas que les ofrece Internet, tomen buenas decisiones y reflexionen sobre cómo evitar caer en trampas y encerronas. Y más importante que limitarse a evitar el riesgo: es esencial que en la adolescencia se desarrolle la capacidad de raciocinio, de evaluación crítica, de autocuidado y de proactividad para enfrentarse a situaciones de riesgo y evitar que les hagan daño.
Estos son algunos consejos que pueden ser útiles:
→ Comprueba la edad mínima permitida para usar estos servicios y aplicaciones; acostumbran a ser para personas mayores de 18 años.
→ Lee siempre los términos de uso. No es una tarea grata, pero puede esclarecer tus dudas sobre el servicio.
→ Algunas personas pueden mentir o hacerse pasar por otras en portales de relaciones. Así, es importante contrastar informaciones para asegurarte de que el contacto de tu hijo con su amigo online no sea una trampa.
→ Educa a tu hijo para que tenga cuidado a la hora de exponer datos personales como su dirección, su teléfono o su lugar de trabajo o estudio. Pregúntale si no será más seguro que se conozcan un poco mejor antes de compartir datos más sensibles.
→ Cuando se cite con una persona que ha conocido en la web, pídele que avise antes y que la cita sea en lugares públicos y frecuentados.