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    Comportamiento - 14/07/2017

    Los adultos desarrollamos la identidad digital de los menores sin su permiso

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    Sí, como lo lees. Madres, padres, hermanas, hermanos, abuelas, abuelos, tías y tíos, o vaya usted a saber quien que ande cerca de un menor, puede hacer una fotografía y subirla como foto de perfil en WhatsApp, publicarla en Facebook o enviarla a todos los contactos del teléfono móvil a un solo golpe de pulgar.

    De hecho, según datos del Ministerio del Interior español en 2015, publicados por Cadena SER, “Más del 90% de las fotos de menores en la red las suben sus propios padres”. Eso sí, mientras sean niños, cuando son adolescentes, les prohibimos que suban sus propias fotos. ¿Qué ejemplo estamos dando a nuestros pequeños? ¿Cómo educamos con coherencia si les pedimos no hacer algo en la adolescencia que hicimos nosotros en su infancia? ¿Dónde queda el respeto a la intimidad de nuestros propios hijos?

    Y aún podemos hacernos una pregunta más…¿por qué damos el consentimiento de uso de la imagen de los pequeños en escuelas o actividades extraescolares sin pedírselo a los menores? ¿y si los progenitores lo quieren y los hijos no? ¿y si sucede lo contrario? Por ley, debemos pedir el consentimiento a madres, padres o tutores; por ética, a los propios menores. Siempre que puedo, con quien tengo cerca, lo hago, por supuesto, cumpliendo la parte legal, pero ayudando a la formación de los pequeños para que decidan sobre su propia imagen y la de sus compañeros. Si nos acostumbramos a preguntarles si desean aparecer en una fotografía, verán natural que ellos pregunten antes de realizarla a otras personas. Si respetamos su decisión, aprenderán a respetar la de los demás.

    Educar en el buen uso de Internet implica ponernos en el lugar de toda las personas, incluidas las menores de edad. Pongámonos en su lugar… ¡menos mal que no existía Instagram cuando teníamos su edad!

    Como personas adultas debemos dar ejemplo a los menores, todavía en formación, y entender que no solo que debemos cumplir con nuestros deseos y necesidades, sino también con las de ellos.

    Cuando subimos frases, imágenes, vídeos… de niños en la Red estamos desarrollando su identidad digital, estamos comenzando a dejar una huella sobre ellos sin que sean conscientes o sin que lo hayan decidido:

    – ¿Dentro de 10 años querrá ver aquello que colgaste? Pregúntatelo antes de publicar… o, mejor, pregúntaselo a ellos.

    – ¿Cómo afecta a su proceso de socialización el contenido que has colgado? Imagina cómo se sentiría con sus amigos, amigas, futuras parejas, otros familiares…

    – ¿Todo el mundo podrá acceder, por ejemplo, a su localización? Reflexiona sobre si el contenido que publicas da información personal y en directo sobre lo que sucede con los pequeños.

    – ¿Cualquier desconocido podrá saber que eres madre o padre y de cuántos niños solo viendo tu foto de WhatsApp? Piensa que no solo das su información, también regalas la tuya a cualquier desconocido que pase por tu WhatsApp si no has configurado adecuadamente tu privacidad… ¡o si cualquier persona difunde tu imagen!

    – ¿Quieres mostrar en imágenes lo feliz que eres por los hijos de tu mejor amiga o de tu hermano? Piensa en cómo te sentirías si fueran tus hijos y en cómo se sentirían ellos.

    ¿Quieres publicar imágenes de menores? Ten en cuenta que, siempre, pueden ser accesibles por cualquier persona, sin tu autorización y, sobre todo, sin la de ellos.

    Pidamos permiso a los menores para subir contenidos sobre ellos a Internet. Implicarles a ellos en la decisión es básico para desarrollar una ciudadanía digital crítica y participativa:

    – permite reflexionar sobre qué contenido subir a Internet.

    – trabaja la empatía y la inteligencia emocional.

    – invita a que ellos también pregunten a sus iguales antes de subir contenidos.

    – obliga a tomar decisiones y sopesar argumentos.

    – hace tomar conciencia sobre su propia identidad digital y su desarrollo.

    facilita hablar sobre permisos, derechos de autor, intimidad, seguridad, privacidad…

    – dependiendo del formato y tema del contenido permite formarles sobre cómo «escribir» en Internet.

     

    Autor: Diana González, especialista en educación y TIC de la Escuela de Tecnología del Planetario de Pamplona y colaboradora de Dialogando.

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