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    Comportamiento - 22/11/2018

    Si te controla, NO TE QUIERE #NETiquetaLove

    4 min Tiempo de lectura

    Las tecnologías en la sociedad de la información y del conocimiento generan nuevas formas de relación social que intensifican la experiencia online. Algunas de esas formas derivan en un comportamiento sexista que afecta a la libertad, intimidad y dignidad de las personas afectadas, modificando sus identidades. Formas de violencia de género conocidas como cibercontrol, ciberacoso o ciberdelincuencia de género.

    Si te controla, NO TE QUIERE. Es la norma que “combate” sus actuaciones.

    La violencia de género se camufla bajo varias formas. ¿Tienen los jóvenes conciencia de ello? Los perfiles de mujeres y hombres en la Red pueden no coincidir con la verdadera personalidad de los sujetos que muestran, ofreciendo una idea equivocada de la persona que provoca pasiones.

    Los jóvenes viven intensamente sus relaciones en la Red. Revisan las últimas novedades nada más levantarse, se comunican con sus amigos, consultan dudas, comparten problemas, conciertan encuentros, revelan sueños y un largo etcétera. Exponen su vida privada y socializan su intimidad. Convierten a la comunicación en pareja en una comunicación al alcance de todo el que quiera participar, y opinar. Una relación de puertas abiertas, idealizada en el mundo online, con muchas privaciones en el mundo offline.

    En las redes se pueden establecer las bases para una relación de dominio ejercida a través de una violencia psicológica basada en explicaciones: ¿dónde estás?, ¿qué estás haciendo?, ¿con quién estás?, ¿qué temas protagonizan tus conversaciones?, ¿dónde te reúnes con tus colegas?, ¿qué material compartes?… Y exigencias que no admiten discusión: “¡saca esa foto de perfil”, ¡”no hables con esa persona!”, ¡”elimina ese comentario!”, “¡sé más femenina”!, “¡te ignoro porque me gustas!”, “¡no hay quien te entienda”!, “¡no sirves para mantener una relación”!, “¡solo te aguanto yo!”, y un largo etcétera. Manifestaciones y comportamientos manipuladores, controladores y acosadores motivados por los celos, el dominio del otro y el chantaje.

    El amor romántico, promovido por el cine, justifica estos primeros signos de ciberdelincuencia de género. Los desencuentros, las desilusiones y los desengaños forman parte de la vida real, y se desarrollan en escenarios online y espacios offline.

    La realidad es que:

    • No tiene mal carácter, ¡es agresivo!
    • Te critica porque teme que seas mejor.
    • Elige tus amistades por miedo a que le dejes.
    • Si hay una primera vez, jamás habrá una última vez.

    Alejarte del maltrato es una muestra de tu amor por TI. Quiérete para que te quieran.

    ¿Mujeres y hombres poseen una socialización diferenciada? Las mujeres no somos princesas delicadas. Los hombres no son príncipes valientes. La media naranja es la mitad de una pieza de fruta. El amor NO es dolor.

    Restar gravedad a las conductas de la pareja, niega la violencia.

    Normalizar comportamientos habituales de celos y control, niega la violencia.

    La imposibilidad de mantener amistades y espacios propios, niega la violencia.

    La creencia de que el amor todo lo puede, niega la violencia.

    La convicción de que el amor es sufrimiento, niega la violencia.

    La alta tolerancia a la autoridad del otro, niega la violencia.

    ¿Cómo responden hombres y mujeres a las intromisiones de sus parejas? La intimidad propia es deseable y compatible con la intimidad de la pareja.

    Del comportamiento controlador a la violencia virtual solo hay clic: la publicación de una foto degradante, un comentario satírico, un mensaje repetido infinidad de veces… Las redes sociales son el escenario ideal para practicar el cibercontrol. Ejemplos de la ausencia de amor son:

    • controlar el móvil de la pareja,
    • acosar a través del smartphone,
    • eliminar o reducir relaciones virtuales de la víctimas con otras personas,
    • espiar las conversaciones en emails, redes sociales, etcétera,
    • reprobar la publicación de comentarios,
    • limitar los tiempos de conexión y relación,
    • censurar imágenes publicadas en redes sociales,
    • limitar los lugares que visita,
    • demandar la ubicación exacta en todo momento –geolocalización-,
    • exigir fotos comprometedoras, con poses íntimas o poca ropa,
    • requerir las claves personales de acceso a los perfiles digitales, cuenta de correo, etcétera,
    • exigir respuesta inmediata a todos los requerimientos digitales,
    • publicar imágenes con contenido que desacredita a las víctimas,
    • minimizar sus logros profesionales, de forma privada y pública,
    • daños en los equipos informáticos para evitar hacer uso de los mismos.

    Otros tipos de ciberdelincuencia de género son el ciberbullying –acoso entre menores-, el grooming –acoso sexual de adultos a menores-, el cyberstalking –persecución o acecho a una persona o a un grupo- o el sexting –envío de material privado de carácter erótico-.

    La prevención de la violencia de género demanda:

    • una adecuada gestión emocional de los celos,
    • una concepción positiva de la libertad de la pareja,
    • potenciar la coeducación, la sensibilización y el fomento de la igualdad,
    • desterrar creencias erróneas en forma de mitos y estereotipos,
    • construir mensajes alternativos con nuevos modelos y formas de relación, que refuercen el trato igualitario, la reflexión y la actitud crítica,
    • potenciar un uso igualitario y responsable de las redes sociales.

    Amar a otra persona es favorecer su libertad.

     

    Autor: Mar Castro, Pionera en investigación y difusión de NETiqueta en España y colaboradora de Dialogando.

     

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